Pocas actividades profesionales generan unos vínculos tan estrechos con los animales como la ganadería, un sector que muchas veces se caracteriza también por la implicación de toda la familia o incluso de varios amigos en un único proyecto.
Precisamente, gracias a esas dinámicas de contacto tan personal, los ganaderos son plenamente conscientes de la importancia de garantizar al máximo el bienestar de las diferentes especies que tienen en sus granjas, ya que ello, además de reforzar su comodidad en los establos, también puede contribuir a incrementar su productividad: el hecho de que los animales estén plenamente protegidos de la intemperie evita el impacto negativo que tendrían sobre ellos las inclemencias meteorológicas, desde las corrientes de viento hasta la siempre incómoda lluvia.
Por otra parte, las lonas son una buena opción desde el punto de vista de la ventilación si se comparan con sistemas tradicionales de cubrimiento, lo que también permite una mayor durabilidad de productos tanto de alimentación animal (en caso de que estos sistemas de protección den servicio a instalaciones como graneros o almacenes de pienso) como para prolongar la vida útil de aperos, tractores y, en general, la maquinaria imprescindible para el desarrollo de la actividad.
Además, las exigencias legales cada vez mayores en el ámbito de la seguridad en el bienestar animal y alimentaria requieren soluciones globales e integrales para los diferentes espacios en que se mueven las diferentes cabezas de ganado, desde los lugares en los que permanecen habitualmente durante todo el año (naves) hasta aquellos de carácter más estacional (por ejemplo, en verano) e incluso las zonas de paso interiores, donde también puede resultar útil una lona.
Por todo ello, este sector se ha convertido en una de las principales áreas de especialización de Toldos Meilán, que, con el aval que brinda la experiencia, pone a disposición de los ganaderos soluciones únicas, con confección a medida de las lonas y con un diseño personalizado, entre otras ventajas.